VEINTE FAMILIAS DE LOS CORRALES DE BUELNA SE SIENTEN ESTAFADAS POR UNA PROMOTORA


Una veintena de familias de Los Corrales de Buelna llevan un año sufriendo por la más que probable pérdida del piso que compraron para comenzar una nueva vida, piso que debían entregarles en diciembre del año  2.008, que no llegaron siquiera a estrenar y que cada día que pasa se hace más difícil que consigan. 

Pérdida de ilusión, de vida familiar y de dinero, una media de 30.000 euros cada familia. En 2005 formalizaron la compra de un piso en Residencial La Pontanilla, muy cerca de la plaza que lleva ese nombre en Los Corrales de Buelna. Hace un año las obras quedaron paralizadas y desde ese momento nadie contesta a sus dudas. En febrero de 2010 se pararon las obras. Hasta mediados de ese año nadie les dio ninguna explicación. Entonces uno de los dos propietarios de la sociedad promotora, Construcciones Gedío, les dijo que estaba intentando comprar la parte del otro socio y terminar la obra. Desde entonces nuevo silencio. En diciembre aparece un posible comprador. Pero nada saben aún de esa oferta, aunque todo apunta que de nuevo los promotores no se ponen de acuerdo. Las familias afectadas no saben qué pensar. El edificio, de 44 viviendas, plazas de garaje y locales comerciales, está terminado en más de un 80%. Restan unos seis meses de obra para terminarlo. Incluso se han ejecutado ya las mejoras que cada comprador pidió para su futuro hogar. Y por si fuera poco, tampoco hay problemas de dinero, porque la sociedad promotora tiene aún línea suficiente de crédito en Caja Cantabria para acometer ese remate. Muchas dudas pero tienen claro que se sienten estafados. Incluso se sienten no demasiado bien tratados por Caja Cantabria. En este caso el problema viene de los avales que les aseguraron que tenían pero que no tienen. Avales con los que podrían haber reclamado la devolución del dinero que pusieron. Los afectados aseguran que cuando han querido hacer valer los avales se han enterado de que no estaban en regla. Así que, al querer recuperar nuestro dinero nos hemos encontrado con la puerta cerrada. Y es que Caja Cantabria no ha hecho mucho por solventar el problema, según cuentan. La Caja no nos informó de que los avales no se habían individualizado y que no podíamos cobrar en caso de que las cosas, como sucedió al final, fueran mal. Caja Cantabria se ha hecho la sorda. Y otra cuestión, la paralización también podría deberse a que los promotores no han vendido las viviendas que esperaban, de hecho solo han contratado un 50%, por lo que la formalización de la hipoteca podría no interesarles.
Al final, ninguna explicación convincente. Lo que todos tienen claro es que irán hasta el final para acabar con el desprecio sufrido por dignidad, más que por un dinero que casi dan por perdido. Ya lo han intentando judicialmente. E incluso han llamado a la puerta del Defensor del Pueblo, que ya tiene conocimiento del tema y espera actuar en cuanto tenga una resolución judicial. Se han reído de nosotros pero lo van a pagar, afirman con la cabeza alta.
La historia comienza a finales del año 2006, cuando los actuales promotores adquieren la sociedad original que puso en marcha el proyecto de construcción. Según las familias, por un precio muy superior al valor de la obra, algo que se podría achacar a que eran mejores tiempos para la construcción. Hasta ese momento se habían comprado 20 de las 44 viviendas. La nueva promotora incrementa los precios de venta y desde ese momento solo se vende un piso más. En septiembre del 2.009 dos familias, casi un año después de que les deberían de haber entregado la vivienda, tres familias exigen la resolución del contrato por incumplimiento de la promotora, llevan el asunto a la Justicia, ganan el juicio en primera instancia, la promotora recurre, y se encuentran en la situación de que ni se les ha devuelto el dinero y además se están teniendo que hacer cargo de los honorarios de sus abogados. Las obras se paralizan en febrero del año pasado, parece ser que por discrepancias entre los dos socios burgaleses de la promotora. En junio uno de ellos se reúne con la veintena de compradores y les asegura que tiene intención de comprar la parte del otro socio y terminar la obra, asegurando que Caja Cantabria veía con buenos ojos esa operación. Mientras tanto La Caja asegura no saber nada del asunto, pero todo apunta a que la entidad por un lado está buscando a una empresa que se haga cargo de la sociedad y acabe la obra, y por si esta opción fallase, está iniciando el procedimiento para embargarla y cobrarse la deuda que tiene con ella.
En diciembre llega la oferta y uno de los propietarios de la sociedad quiere vender su parte pero el otro aún no se ha pronunciado. Una última oferta que ya no es sobre la sociedad, sino sobre el mismo edificio.
Testimonios:
Faustino Abián tiene mujer y un hijo. Había comprado un piso en el centro de Los Corrales de Buelna, su ilusión, pero desde el primer problema empezó a ver que las cosas no eran normales. Así lo expuso, pero los propietarios le aseguraron que en poco tiempo tendría su piso. Ha vivido con los suegros y ahora en el piso de una cuñada, pero no es vida. Vendí mi piso porque me dieron su palabra de que en seis meses tenía el nuevo, y me engañaron. Encima he tenido que pagar la plusvalía a Hacienda al pasar dos años y he perdido parte de mi vida familiar y 36.000 euros. Hasta que no les vea en la cárcel no pararé. He tenido que comprar otro piso y afrontar todos los gastos.
Emilia Ruiz, con 60 años ya no espera poder conseguir créditos a largo plazo y ha perdido la esperanza. Los pensamientos que tenía ya no me valen. Tengo a buena parte de mi familia enferma, viviendo en un cuarto piso. Me han hecho polvo y me han hundido la vida. No pararé hasta que paguen.
Jesús Ángel Pedrosa, es el marido de un joven matrimonio, recién casados y viviendo con los suegros. Un comienzo que nos deja machacados. Estamos muy bien con mis suegros pero nuestra ilusión era tener un piso. Ahora no tenemos ni piso ni dinero.
Activa Norte, la inmobiliaria contratada por la sociedad promotora para vender los pisos, también es una de las perjudicadas: Todo se complicó cuando la sociedad promotora fue vendida a los nuevos socios, desde el principio tuvimos problemas pues el trato que dieron a los clientes dejaba bastante que desear. Nosotros también compramos una vivienda, pagábamos y no nos entregaban facturas. Las reclamamos y como seguían sin dárnoslas devolvimos la última letra, lo único que hemos conseguido es que Caja Cantabria nos haya puesto en el RAI por 588,50 €. Nos afecta individualmente pero sobre todo estamos preocupados por los clientes que confiaron en nosotros para comprar su piso e invertir el dinero que tenían y ahora no tienen nada. Haremos lo que esté en nuestra mano para que el problema se solucione.

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